3.11.11

JUDAISMO VERSUS SIONISMO - Contratapa


Escrito por: Por Yakov Rabkin |*|
Lunes 16 de febrero de 2009 | 2:23
El ataque israelí contra los palestinos de Gaza ha ampliado el abismo entre los judíos e Israel y el sionismo.

Al destrozar hospitales y escuelas en Gaza, Israel destroza también los valores morales del judaísmo. Muchos judíos tendrán que resolver la contradicción entre la religión judía que ellos creen profesar y la ideología sionista que forma, en realidad, su nuevo credo y su nueva identidad. Y esto en momentos en que profundas preocupaciones sobre lo que está haciendo el Estado de Israel alientan la ira de los pueblos a través del planeta, en donde los judíos constituyen apenas 0.2% de la población total.

Este recordatorio es importante teniendo en cuenta la amplitud de los problemas que se derivan del comportamiento del Estado de Israel, que pretende actuar en el nombre de “los judíos”. Esta pretensión es tanto más peligrosa cuando la prensa a través del mundo asocia automáticamente al Estado israelí con los judíos al apodarlo “El Estado judío” o “el Estado hebreo”. Los judíos de diferentes países, se encuentran así como rehenes de los actos de un Estado extranjero sobre el cual no tienen ningún control.

Algunos judíos se preguntan ahora públicamente si la nación étnica, fuente de la violencia incesante en Oriente Medio, es “bueno para los judíos”. Muchos de ellos están perturbados por el hecho de que el sionismo militante destruye los valores morales judíos y pone en peligro a los judíos en Israel y otras partes del mundo.

Sin embargo, algunos judíos, tanto dentro como fuera de Israel, han cambiado desde hace mucho tiempo sus valores morales por un nacionalismo desenfrenado. Son ellos los que se posicionan como “los” representantes de “la” comunidad judía. De hecho, actúan como agentes del Estado de Israel y, al hacerlo, ponen en peligro a los judíos que pretenden representar. El lobby israelí alineado con las posiciones de los nacionalistas de la derecha israelí vilipendia cualquier crítica a Israel, en donde muchos libros editados durante los últimos años -Prophets Outcast, Wrestling With Zion, The Question of Zion, The Myths of Zionism-, escritos por judíos que están preocupados por el conflicto entre el sionismo y los valores judíos. El lobby israelí denuncia a todo judío que protesta como “traidor” o bien como “judío que se odia a sí mismo”. Pero la amplitud de la protesta no deja de aumentar. Ella cubre todo el espectro judío, desde los rabinos ortodoxos de un lado, pasando por el ex presidente de la Knesset (parlamento), hasta los liberales israelíes del otro.

Hace algunos días, en Londres, el rabino Abraham Greenberg, quemó su pasaporte israelí ante una multitud que se manifestaba contra el ataque a Gaza. En una entrevista después de la manifestación, él explicó que, según la tradición judía, es imperioso hablar abiertamente cuando la reputación del judaísmo es profanada. No ofreció ningún análisis político de la realidad de oriente Medio, pero subrayó que la idea misma de un Estado reservado a los judíos, y el precio humano y moral que éste exige, va en contra de todo lo que enseña el judaísmo, en particular los valores clave de la humildad, la compasión y la bondad. Concluye que el Estado de Israel constituye “el peligro más grande para los judíos”.

Incluso en Israel, son numerosos los que se openen férreamente a la idea de atacar a los palestinos en Gaza. El veterano de la prensa y de la política israelí, Uri Abvnery, compara el ataque al sitio de Leningrado y el bombardeo de Londres por las fuerzas nazis durante la segunda guerra mundial.

Más de seiscientos judíos firmaron un llamado a los soldados israelíes para desobedecer y desertar. El llamado fue firmado igualmente por un abanico de organizaciones judías, todas opuestas a lo que hace, es decir, a lo que es el Estado de Israel ya que el último ataque israelí pone de nuevo de relieve un hecho esencial pero a menudo ocultado: es la visión sionista del Estado de Israel como una etnocracia exclusiva lo que está en la raíz de las violencias que sacuden la Tierra Santa desde hace seis décadas.

Mientras que en todas partes del mundo, de Irán a Canadá, los judíos viven en paz entre otros grupos, es sólo en Israel donde se sienten segregados en un gueto armado que no les garantiza la seguridad y amenaza a su alrededor a todos los demás.

Falta por ver si la ruptura entre los que se remiten a la tradición moral judía y los convertidos al nacionalismo judío puede ser reducida algún día.

Todos los que perpetúan la asociación automática de los judíos con el Estado de Israel no sólo cometen un grave error: contribuyen de esta forma a la causa sionista, es decir, confirman la pretensión sionista de que los judíos no tienen otro lugar en el mundo fuera del Estado de Israel.
|*| Profesor de Historia. Autor de “Contra el Estado de Israel”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario